Los beneficios de la supresión del ‘impuesto al sol’

Mediante un real decreto de medidas urgentes, el Gobierno acaba con el polémico impuesto al autoconsumo eléctrico

El autoconsumo de electricidad cobrará fuerza a lo largo de 2019. Según el Ministerio para la Transición Ecológica, durante el año se prevé que se instalen unos 200 MW fotovoltaicos en régimen de autoconsumo.

Este hecho, pese a lo que pueda parecer, tan solo repercutiría en una disminución de ingresos en el sistema eléctrico de unos 10 millones de €. Es el ahorro del que se conocía como “impuesto al sol”.

El Gobierno anunció el pasado viernes que va llevar a cabo un trámite sobre la nueva normativa para las condiciones técnicas y administrativas del autoconsumo de electricidad. Esto se debe a que tras la aprobación del Real Decreto-ley 15/2018 –que acabo con el impuesto al sol– hay un vacío legal que es perjudicial para el crecimiento de este mercado.

Y cualquier modificación y reforma, siempre que implique una alternativa sostenible y un ahorro al consumidor, es urgente, necesaria e improrrogable.

También reconoce el derecho al autoconsumo compartido por parte de uno o varios consumidores, lo cual permitirá aprovechar las economías de escala, así como el derecho a auto consumir energía eléctrica sin peajes ni cargos.

Con todas estas medidas, el gobierno trata de eliminar, también, otras barreras que bajo su punto de vista, dificultaban y desincentivaban la implantación del autoconsumo eléctrico en España.

El desarrollo del autoconsumo garantiza a los consumidores el acceso a alternativas más baratas y respetuosas con los límites del planeta, contribuye a reducir las necesidades de la red eléctrica, genera mayor independencia energética y permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y es una actividad generadora de empleo vinculado a la transición ecológica, como ya se ha demostrado en países de nuestro entorno.

Eliminando el impuesto al sol, se abre de nuevo un panorama alentador para la implementación de la energía solar en viviendas particulares y otras edificaciones que suministren energía de un modo sostenible sin tener que abonar ningún recargo.

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